sábado, 28 de julio de 2012

Un nuevo mundo: Texiguat



Y es que parece mentira como en el mismo país en que maras asesinan a sangre fría, niños delinquen desde edad muy temprana, la inseguridad se adueña de las calles una vez cae la noche, y donde no te puedes fiar ni de tu vecino; exista un lugar idílico, rodeado de naturaleza, donde reina la paz y tranquilidad. Pero no todo el monte es orégano, el problema de la educación es muy grave. Niños y jóvenes se ven obligados a recorrer cada día hasta 3 horas para poder asistir a clase, eso los que no empiezan a trabajar en las labores del campo. Además, faltan docentes para tantos cursos, y en ocasiones se juntan en la misma aula chicos de edades muy distantes.

Este lugar es desde donde hoy escribo: Texiguat. Y esta es la historia de cómo llegué aquí y lo que he estado haciendo desde el lunes.

AVISO: Sigo sin poder subir fotos. En cuanto tenga oportunidad lo haré, muchas de ellas son magníficas.
ACTUALIZADO CON FOTOS A FALTA DE CONSEGUIR MÁS

Lunes 23

Viaje a Texiguat. Aprovechando que 6 chicos de este populorum habían ido a Tegucigalpa a realizar la prueba de acceso a la universidad, ayer por la noche se planteó la posibilidad de que fueran voluntarios y me acoplé en el camión de regreso a esta remota comunidad, sin saber ni a qué zona iba, ni cómo se escribía, acompañado por 2 chicas españolas (Ana y Ángela)
Expedición a Texiguat
Tras horas de espera (me levanté a las 5.30 y por avatares del destino hasta las 9 y pico no saldríamos) y carga del camión con comida y juguetes para los críos de por aquí por fin salíamos de Tegucigalpa. Nos esperaban casi 5 horas de carretera, la mayoría sin pavimentar, sobre cajas y cajas en la parte trasera descubierta del camión, y en las que sólo nos cruzaríamos con gallinas kamikazes que cruzaban la carretera velozmente, varios burros con la mirada puesta en el infinito y alguna doña cargando baldes con la cabeza al estilo documental africano. También con algún grupito de niños al que tirábamos paquetes de galletas cual Reyes Magos de Oriente en la cabalgata.


Insólito corte de carretera

Por suerte, a nuestra llegada había comida esperándonos que devoramos con ansias, y tras la cual nos echaríamos una buena siesta haciendo gala de nuestra condición de español.
La tarde transcurrió tranquila. Charlamos con los chicos y nos mostraron las instalaciones y alrededores. Estamos en un pueblo idílico, rodeado de verdes praderas, atravesado por un río. Yo me quedo aquí!
Por la noche, oración y más platiqueo en buena compañía en una agradable noche. Cada chico tiene una historia de esfuerzo y superación increíble.
Alojamientos. La de la derecha es mi cama.

Martes 24 

Un día completo y variado, el primero en Texigua, que acaba con muy buen sabor de boca y sensaciones geniales.
Antes de nada, aprovecho para comentar como es la vida en general en un populorum, y en particular, en el de Texiguat. A las 5.30 toque de diana y todos arriba, para reunirse en oración a las 5.45 y posteriormente desayunar. A las 7 empiezan clases de capacitación que dan ellos mismos (los más veteranos). Estas clases son: Mates, Ciencias Naturales, Sociales, Ingles, Dictado, etc. Así hasta las 12, hora de la comida, hecha por ellos mismos (cada día hay turnos de comidas y cenas, y limpieza). Luego ya cada cual se va a su colegio/instituto y vuelven a las 6 de la tarde, hora en la que cenan. El resto del día aprovechan para estudiar/hacer tarea, y culminar con oración a las 8.30 de la noche. Como ven, una rutina dura y una autodisciplina muy fuerte (no tienen nadie al mando). A mí me recuerda al libro El  Señor de las Moscas.
Por la mañana, aprovechando que los chicos están en clases, Ángela, Ana y yo bajamos al pueblo a dar una vuelta y conocer dónde estamos: casas dispersas y muchas pulperías. Acabamos la visita en un río de película, mucha gente pagaría por poder disfrutar esto.
Vistas desde la populorum

De vuelta al populorum nos pusimos manos a la obra, la tarea consistía en ordenar la bodega. Pasta caducada, lentejas al aire cubiertas por un ecosistema propio, bolsas de harina abiertas junto a las de cemento, y mierda por doquier. Un caos absoluto!
La Populorum
También en la mañana estuvimos llamando a la maestra de una aldea vecina (a hora y media caminando), para poder colaborar con ella en el proyecto “Maestro en casa”, que recorre las aldeas de la zona llevando la educación a niños que no tienen acceso a ella. Como no respondía al móvil, aprovechamos que un chico de por aquí era vecino de la maestra y le entregamos una carta que redactamos, para que s e la entregase.
Después, hora de comer, acompañada de su buena siesta, interrumpida por la llamada de la maestra Ana. Está encantada con que la acompañemos y ayudemos con las labores educativas, y hemos quedado para mañana por la mañana. Nos esperan 2 horas de pateo (saldremos a las 6.30 de la mañana), pero estamos muy ilusionados con el proyecto.
Nuestra playita


Por la tarde otro bañito en el río acompañados por chicos del populorum. Y a la salida, partidito de fútbol, después de construir con troncos y tubos las dos porterías. Estrenamos uno de los dos balones que traje, pero acabó pinchándose. Por lo menos sirvió para poner diversión en la vida de estos chicos aunque fueran un par de horas.
A la noche nos tocó hacer la cena, porque en el proceso de ordenación de la bodega habíamos visto unos sobres de crema de verduras Hacendado que llevaban un par de meses caducados, y pensamos que sería un desperdicio tirarlas, por lo que las hicimos para la cena. Y menuda cena! Ya comprendo porque estaban caducadas! Se la acabaron sí, pero algunos echándoles chile, otros atiborrándola a sal, otros untando en tortitas…
Incómodo compañero de cama


Miércoles 25

Nada más empezar el día flojera estomacal. Se ve que la crema de verduras caducada de la cena no estaba potable. 
Sin comentarios
Luego desayuno y salida para Santa Lucía. La hora y media de caminata se convirtió en 2 horas, siguiendo la “carretera” (por supuesto de tierra) rodeados por un magnífico paisaje y frondosa naturaleza. Siempre acompañados por Erwin, un chico de 21 años del populorum, que se ofreció para acompañarnos y volverse con la misma.
Empieza el camino


Cruzando el río de piedra en piedra. (Al estilo 'Humor Amarillo')


Incluso en los lugares mas recónditos hay campos de fútbol.
Ya en Santa Lucía, fuimos hasta la casa de la maestra Ana, que estaba abierta de par en par (habitual por aquí), donde esperamos durante casi 3 horas (escuchando reggaetón de una casa cercana) a que llegara de dar clases de una aldea situada a una hora de distancia (caminando).
Esperando "to' padre"en casa de la maestra

Aunque no lo parezca, está tomando el sol (y vivo)

Fauna de la casa de la maestra

Cuando por fin llegó nos presentamos y fuimos a comer a casa de una mujer de Santa Lucía. El mejor plato y más abundante que comí en lo que llevo en Honduras (espaguetis, arroz con pollo y calabacín).
Serían la una y media cuando llegamos a la escuela. Hasta las 2 que empezaban las clases no pude quitarme de encima la sensación de estar siendo observado (de hecho, los niños se asomaban por las esquinas para mirarnos.)
Llegó la hora. Entré en un aula con 17 chicos de octavo grado (2º ESO) que clavaban su mirada en mí, esperando atentos que les enseñase. Yo solo enfrente. Fue una sensación increíble, algo muy emocionante. El momento más especial en mi estancia hondureña. Las dos horas y media siguientes se pasaron volando. La primera hora expliqué suma y resta de fracciones algebraicas, y tras un descansito (si a mí como alumno me gustan los descansos, como profesor también los aplico), manos a la obra con inglés (buscando siempre su participación, aquí son muy muy muy tímidos)
Ya estábamos preparándonos psicológicamente para afrontar el camino de regreso cuando nos avisaron de que un señor nos llevaría en la pick-up. Así que en 20 minutitos estábamos ya en Texiguat. En el camino recogimos a Erwin, que volvía a buscarnos a la escuela, aún si habérselo pedido (se hubiera echo 4 veces el camino).
Con Erwin
De vuelta a Texiguat, un merecido bañito en el río. ¿En qué otro lugar del planeta podría estar más a gusto ahora mismo? En ninguno. Esto es la felicidad.


Incómodo compañero de ordenador

Jueves 26

Hoy conseguimos que un coche nos lleve hasta Santa Lucía por la mañana, y a las 7.30 estábamos  en la escuela. Ahí empezamos a dar clases Ángela, Ana y yo, acompañando al profesorado local. Yo me dedico a Español. Sin embargo, en plena faena, nos solicitan que bajemos a la iglesia del pueblo, dónde nos esperan alumnos de 1º y 3º de ESO. Estos chicos sólo dan clases los Lunes y Martes, y muchos tienen que hacer kilómetros para llegar. Aprovechando que nos encontramos nosotros por la zona, han venido hoy Jueves para que les demos clases, ya que no hay profesores suficientes para que puedan asistir a la escuela.
La verdad es que era una estampa curiosa. En la iglesia, con pizarra, mesas, sillas, y pa’lante. Nos dividimos en dos sectores y yo me quedé con los mayores hasta las 12 del mediodía, impartiendo matemáticas y acabando con un dictado.
La Iglesia-escuela
Ni ellos se quisieron perder la clase

La madre de una alumna nos tenía preparada una exquisita comida para el almuerzo (la primera vez que comí pollo en Honduras). Y casi seguidamente, a la escuela. Esta vez, Español a 2º de ESO.


En la puerta de un aula de la escuela

A las 15.30 saldríamos y pondríamos rumbo a Texiguat. Esta vez, nuestras dos horas de pateo no nos las quitó nadie. Llegando ya, nos hicimos acopio de 7 libras de papas, 30 huevos y 6 litros de coca cola. Adivinen para qué! Para pasar el resto del día entre fogones, haciendo tortillas de papas para 23 que éramos (estos días estoy haciendo más tortillas de papas que todas las que había hecho antes (0))




Viernes 27

Maldito momento en que regalaría un silbato al encargado de la capilla. A las 5.45 de la mañana ya estaba por ahí haciéndose querer.
El madrugón, no obstante, no evitó que perdiésemos el coche que subía a Santa Lucía a las 7 por 3 minutillos (aún lo veíamos a lo semilejos). Así que a Ángela y a mí (Ana se fue para Tegucigalpa a las 4 AM) no nos quedó otro remedio que emprender el camino, siempre con la esperanza de que un coche surgiera de detrás para acercarnos.
Esperanza que se desvaneció a  las dos horas, cuando girábamos la última curva antes de llegar a Santa Lucía. 
Nuestros amigos ya nos esperaban

Hoy fuimos directos a la Iglesia, donde ya esperaban unos 10 chicos de 2º de ESO (los viernes aquí muchos se lo toman ya como finde). Estuvimos hasta las doce y media viendo matemáticas y algo de español (corregimos unos deberes que habíamos mandado el día anterior).
Otro almuerzo exquisito en la casa de una alumna y a la escuela, donde yo me quedaría con 3º de la ESO. Los sudores fríos me entraron cuando pedí el libro de Español y pregunté el tema por el que iban. Oraciones compuestas (música tenebrosa de fondo). Sí señores, toda la morralla aquella de oraciones compuestas coordinadas, subordinadas adjetivales, subordinadas adverbiales, etc. Pero bueno, fui escapando como buenamente pude. Y para acabar la tarde un poquito de inglés.
La suerte que no tuvimos en la mañana, surgió por la tarde. Cuando llevábamos 15 minutillos caminando de regreso a Texiguat apareció un coche por detrás que nos alcanzó prácticamente hasta la puerta de la casa. Aprovechamos para bajar al río la ropa sucia y lavarla a mano (o yo, por lo menos, haciendo el amago. No sé si quedo más limpia o más sucia que estaba).
Incómodo compañero de tabla periódica
El cansancio acumulado era tal que a las 7 de la tarde ya estaba durmiendo, sueño interrumpido para cenar junto a todos.

6 comentarios:

  1. Muchas gracias Jesús, da gusto leer todas las experiencias y anécdotas diarias!

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  2. Me encanta leer lo que cuentas. Lo leo con avidez. Por cierto, ¿hay mosquitos?, es ahora la temporada de lluvias y ¿solo llovió una vez desde que estás por allí?. ¿Hay más niños que niñas en las escuelas en Texiguat? ¿y en los populorum hay más chicos? ¿en Texiguat hay instituto donde van los chicos del populorum? ¿es cierto que es una sociedad muy machista y que en los libros de texto así se refleja?.
    Un beso muy fuerte.
    Tu madre

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  3. Hola! Me alegro de que te guste!
    Sí que hay mosquitos, pero con el preparado aquel de farmacio y el Relec les mantengo a raya.
    Yo creo que hay el mismo número de niños que de niñas, y en clase se separan en mesas distintas
    La populorum de Texiguat es sólo masculina. En Tegucigalpa las hay femeninas y masculinas, pero nunca mixtas.
    Los chicos van al colegio de Texiguat, donde la mayoría estudia bachiller.
    Lo del machismo no lo he notado tanto como esperaba, y aún no encontré ninguna referencia en libros (difícil encontrar contenido machista en un libro de mates :)
    Un abrazo!

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  4. La verdad es que entro casi todos los días esperando alguna novedad, esperando también esa subida de fotos cuando sea posible y deseándote toda la suerte del mundo ahí. Por cierto qué estudias?

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  5. Hola!
    Me alegra tu interés!
    Las fotos yo creo que este finde caen ya!

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  6. Gracias amigo por publicar y escribir todas estas cosas bellas de mi pueblo de verdad muchas gracias me emocione mucho al leer esto

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