Mi tiempo en Texiguat toca a su fin. Han sido dos semanas
inolvidables, en las que he vivido momentos muy emocionantes, visitado
auténticas bellezas naturales y conocido verdaderos ejemplos de lucha y
superación. Me llevo las ganas de volver y la sensación de poder hacer cosas
muy bonitas allá en un futuro próximo.
Ahora es el turno de otra comunidad rural: Marcala. “La
senda de los narcos”, llamada así cariñosamente por la gente de ACOES aquí. Y
es que es un proyecto de autoabastecimiento increíble. Posee un gran huerto y
terreno, donde se producen (o se empezarán a producir en breve) papas, frijoles,
pepino, chile, maíz, rábanos, cebollas,
tomates, plátanos, calabacines, café y alguna cosilla más, todo de manera
orgánica. Además de las 200 y pico gallinas ponedoras que abastecen a la casa
con casi 200 huevos/día, muchos de los cuales se venden en el pueblo; y del
proyecto que hay en marcha de poner unos conejos.
Allí, junto a los 23 chicos/as de la populorum (empezaron
50, pero la dureza de las circunstancias y de los estudios ha hecho menguar el
número de residentes), me encontraría con Chipi y María, matrimonio español que
lleva afincado en Honduras desde hace 2 meses, y que en esta ocasión se
quedarán hasta Noviembre. (Este es su enésimo periplo después de haber estado
en Honduras muchos meses en años anteriores)
El trabajo en este proyecto consiste, básicamente en ayudar
en la casa. Y aunque pueda parecer simple, no lo es. Hay mucho que hacer, y que
se puede hacer: dictados, clases de capacitación (mates, español, ingles,…),
clases particulares a los chicos con dificultades, ayudar a hacer tarea,
trabajar en el campo. Además, uno o dos días a la semana, se realiza el
proyecto Maestro en Casa, que supone desplazarse a dos aldeas situadas a casi 3
horas de distancia (esta vez en coche) a impartir clases de secundaria a chicos
que no tienen acceso a colegios.
Así fueron mis últimos días en Texiguat y mi experiencia en
Marcala.
AVISO: Fotos próximamente.ACTUALIZADO
Sábado 4 y Domingo 5
Sábado sin mucho misterio. Para comer hubo sopa con un hueso de vaca, uno por cabeza. Hueso
que despertó mis más primitivos instintos carnívoros (en el tiempo que llevo en
Honduras sólo comí carne en una ocasión), y que dejé limpio tras roerlo como un
perro.
Jack haciéndome la competencia con los huesos |
El domingo, como buen católico-apostólico-romano, a misa a
las 9. Misa que se acabaría alargando hasta la desesperación, debido a 2
bautismos.
Luego, fui invitado por los chicos de catequismo (para la
confirmación), varios son de la populorum,
a una mini-excursión que hacían a una posa cercana en el río. Nos
echamos una merendola a base de refresco, papas y galletas.
Después de comer, siesta truncada debido al ensayo de cantos
para la misa de la noche.
Ensayo que acabaría, sincronizadamente, con la llegada del
Padre Patricio. Puntualmente se desplaza a Texiguat a saludar a los chicos y
charlar con ellos sobre cómo les va, tanto en temas de convivencia, como de
estudios.
Llegó con él Daniel, un voluntario que estará los próximos
15 días por allá. Estuve comentándole y explicándole lo que yo había estado
haciendo las 2 semanas que estuve por allí.
Aprovechando que el Padre se volvía esa misma tarde, me
acoplé al coche, ahorrándome el madrugón para coger la guagua y el precio del
billete. Eso sí, perdiendo en comodidad, pues hice el viaje en la parte de
atrás de una pick-up con otros 4, por caminos de tierra, y con una cocina que
ocupaba la mitad del espacio habitable.
Diversa fauna ribereña:
Diversa fauna ribereña:
Lunes 6
Día de “asuntos propios” para desconectar un poco antes de
emprender el próximo viaje.
Lavar la ropa, vagear, subir fotos al blog, skypear con la
familia y preparar las cosas para las próximas 2 semanas, en las que espero
visitar las comunidades de Marcala y Florida.
Por la noche llegó al populorum Patricio. Un funcionario
español que se dedica a viajar por Centroamérica todos los veranos tomando
fotos de sus gentes. Curioso hobby. Hay gente pa’tó.
Esto fue lo que me encontré a mi llegada a Tegucigalpa. Fotos mías con un "Te quiero". Cosas de Manu. |
Martes 7
Nuevo madrugón. Estas
vacaciones me estoy levantando más temprano que durante el curso. A las 5.30
arriba para ir a la terminal de guaguas, de dónde saldría a las 7 dirección
Marcala. Llegaría a las 10.30, y hasta las 11.30 estuve esperando que llegara
algo o alguien a socorrerme. Lo que sucedió fue algo totalmente inesperado:
apareció un chico de la populorum de Tegucigalpa que se regresaba, y me ayudó a
tomar un taxi para que me llevara la
populorum de Marcala.
Durante el trayecto, hice muy buenas migas con el taxista
Tomás, y acabaríamos intercambiándonos el Facebook, y dándome su móvil para que
le llamase cuando me apeteciese visitar Marcala; él me haría de guía (y me
quería enseñar la casa).
Llegué al populorum justo para la comida, y el posterior
partidito de fútbol sustitutivo de la siesta. Sin embargo, la combinación
“después de comer-calor-juego duro” pudo conmigo, y me tuve que retirar del
terreno de juego antes de tiempo, para dedicarme a comentar el partido desde el
graderío con otros chicos que allí se concentraban.
Luego, clases particulares de Mates a Dani, un chico de 1º
de la ESO. Y a continuación, visita guiada por el corral de las gallinas. Corral
que alberga, nada más y nada menos, que 200 gallinas de raza super-ponedora.
También dio tiempo para una partidita de ajedrez, además
ante un interesado público que se amontonaba a nuestro alrededor. (No puede
haber algo más aburrido en esta vida que contemplar una partida de ajedrez)
Por la noche, celebración del cumpleaños de Ángela con una
suculenta tarta que hubo que partir en 39 trozos: compleja hazaña.
Y para finalizar el día, corrección de dictados. Estos
tampoco pronuncian ni escriben las setas, no vayan a resultar venenosas.
Lo que más me llama la atención de este populorum es la
disciplina y lo estricto de los horarios, que los chicos cumplen a rajatabla,
así como la cantidad de horas (demasiadas para mi gusto) que dedican al día a
“Estudio”.
Miércoles 8
Tras el desayuno (por cierto, exótico: plátano frito con
mantequilla y tortitas), me comentan que daré Dictado a los chicos. Me ponen
con los avanzados (la primera división que llaman), debido a la dificultad
añadida que les resultará mi seseo (sobre lo cual les advierto antes de
empezar). Tengo 5 minutos para encontrar un texto, y tras una rápida búsqueda
en la biblioteca me decanto por “Los Vikingos”, de “Érase una vez el hombre”.
Se me ocurrió preguntar si alguien sabía algo sobre ellos, maldito momento. La
respuesta que obtuve fue: “Los primeros que llegaron a América.” Hice como que
no escuché nada.
Luego, 2 horitas a trabajar el campo. Rememorando momentos
de mi voluntariado en Canadá (WWOOF.org), pasé el rato con algunos chicos
haciendo surcos y arando la tierra para sembrar unas papas.
Ducha fría y clases particulares. La materia me pilló por
sorpresa. Eran Matemáticas, pero enfocadas a contabilidad, nunca antes lo había
visto por lo que me quedé en pesca un buen rato. Pero peleándonos con los
ejercicios acabamos por solucionarlos.
Por la tarde, aprovechando que los chicos del populorum
están en época de exámenes y no necesitan mucha ayuda con la tarea, Vanessa,
Elena, Ana, Ángela y yo, nos fuimos a Marcala, ya que Horlyn (ingeniero
agrónomo de la populorum, encargado de todo el tema del huerto& gallinas)
tenía que ir para realizar unas gestiones.
Enésimo jalón que agarro en Honduras, esta vez nos llevó el
vecino, que nos dejó en el mismo “town center”. Allí aprovechamos para tomar un
café (primera denominación de origen de Honduras), echar unos billares (juegan
con reglas distintas), pasear por el pueblo y comprar fruta en el mercado
(también 6 sandías para la cena del populorum). También compré frijoles con la
intención de plantarlos cuando regrese. ¡Salen buenísimos!
Ya de vuelta, sacamos una baraja de cartas y pasamos el rato
enseñando a los chicos algunos juegos que les resultaron muy divertidos. Por
aquí no acostumbran demasiado al ocio. Nuevamente, un grupo de chicos nos
rodeaba sólo para mirar, sin atreverse, no sé por qué motivo, a jugar.
Y para cerrar la tarde-noche recreativa, unas partiditas al
pin-pon, antes de dormir, en una excelente mesa de fabricación artesanal.
Jueves 9
Hoy las chicas regresaron a Tegucigalpa, de dónde saldrán a
la Ceiba y las Islas de Bahía a hacer algo de turismo los próximos días.
Nuevamente, me quedo sólo como voluntario español, eso sí, esta vez acompañado
por Chipi y María.
Esta mañana, nuevamente dictado. Esta vez sobre la Guerra de
los Cien Años. Luego, cambiaría lanzas y espadas por picos y palas, para
dedicarme a preparar la tierra, y después sembrar rábanos, que estarán para
dentro de 3 semanitas.
Antes de comer: corrección de dictados y clases particulares
de inglés a una chica que cursa 1º ESO.
Después de comer: visitar a las gallinas, darlas de comer,
cambiarles el agua y recoger huevos. Dicha tarea, aunque pueda resultar
sencilla al lector, atesora una complejidad alta, y necesita de una elevada técnica.
Pues no es fácil hacer todo esto mientras 200 gallinas locas y hambrientas se
abalanzan sobre tus piernas dispuestas a hacerte la depilación a base de
picotazos.
Gallinas histéricas |
Tarde tranquila en compañía de los chicos, y noche de debate
en la que Chipi, Horlyn y yo nos quedaríamos platicando y filosofando un buen
rato sobre política internacional. Y antes de dormir, otro rato interesante de
cháchara con mis dos vecinos de cama. Vecinos, por cierto, contagiados de una
gripe que avanza de cama en cama, y que ya me acecha peligrosamente.
Viernes 10
Otra mañanita de dictado y posterior trabajo en el campo, ya
me están saliendo llagas en las manos de obrero. Hoy preparamos un terreno para
plantar frijolitos, está quedando un huerto de escándalo, dentro de unos meses
será de revista.
Por la tarde, Heliodoro, coordinador de la populorum, me
hizo una demostración en terreno de cómo plantar los frijoles, para cuando me
regrese ponerlo en práctica. He quedado con él para ir mandándole fotos de mi
plantación y me irá asesorando a distancia. Todo un lujo. Estoy también a la
espera de conseguir café, potaste y otras movidas típicas de aquí.
El plan que tenía de visitar Marcala por la tarde se vio
truncado por una fuerte lluvia que comenzó después de comer y no paró hasta
tarde, por lo que tuve que pasar al plan b: siesta y echar una mano a algún
chico que tenía tarea (son pocos, la mayoría está de exámenes).
Después de la cena, debate futbolístico y partidita al
pinpon. Y antes de dormir, reunión para preparar la sesión de mañana de Maestro
en Casa: iremos a una aldea lejana (como todas) a dar clases de Matemáticas y
Español.
Ya para cerrar el día, anduve con Horlyn, el ingeniero
agrónomo de la casa, de “negocios”. Me regaló bastantes semillas de distintas
variedades de verduras y hortalizas, muchas propias de Honduras. Tengo la
intención de plantarlas a mi regreso, consiguiendo una pequeña Honduras dentro
de Gran Canaria.
Con Horlyn |
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